EL PADRE ALBERTO BUSTAMANTE FUE EL ENCARGADO DE LA HOMILÍA PARA RECORDAR AL PAPA FRANCISCO
El mundo entero llora al Papa Francisco. Sentidos homenajes se han desarrollado en todos los lugares del planeta. El Papa Francisco fue la voz de los pobres que transformó la Iglesia Católica.
El padre Alberto Bustamante, fue el encargado de la homilía, acompañado de la grey católica en el templo de la Iglesia Catedral Santuario de Villa María en la jornada del lunes.
“Nos hemos convocado para celebrar la Eucaristía con la tristeza esperanzada y la gratitud en el corazón por la partida de nuestro querido Papa Francisco, el Papa argentino, hijo de esta tierra que lo vio nacer, crecer, vocacionar y partir convocado por el Pastor de los pastores, Jesucristo, a ser pastor de la Iglesia universal, Obispo de Roma, la llamada ciudad eterna en la que descansaran sus restos mortales junto a la de sus antecesores desde el apóstol San Pedro.
Dios en su providencia ha querido llamar a Francisco a vivir su pascua en nuestra Pascua. Suenan y sonarán para la Iglesia y el mundo las palabras reconfortantes y esperanzadoras proclamadas en el evangelio de domingo de pascua de resurrección: “por qué buscan entre los muertos al que está vivo, no está aquí, HA RESUCITADO!!!!. Ha resucitado Cristo nuestra esperanza, como lo había prometido. Francisco ha sido un don, un regalo de Dios para la Iglesia y el mundo en esta compleja época en la historia del mundo y de nuestra Patria. El papa de la gran transición mundial. Del paso del mundo unipolar al mundo multipolar. Del paso de una sociedad a otra: del capitalismo industrial al informacional. De la transformación de la modernidad sólida a la modernidad líquida. Del paso de una forma de Iglesia a otra. En términos metafóricos del paso del Dios Uno al Dios Trino. Del paso de la Iglesia Jerarquía a la Iglesia Pueblo de Dios. Del paso de romanocentrismo al policentrismo. De la centralización al privilegio de la colegialidad y la participación. La sinodalidad”, dijo Bustamante.
El Vicario General de la Diócesis de Villa María continúo: “Sus gestos, sus palabras han sido y son la columna de fuego que iluminaba el peregrinar del pueblo de Dios en la oscuridad del desierto, han sido y son la nube que protegía y el maná que alimentaba para no decaer en el camino. Damos gracias por semejante pastor que nos invitó a ser como Jesucristo, que no fue un sedentario burócrata de escritorio amante de un doctrinarismo abstracto sin rostros y sin pueblo, sino que fue un caminante. Que nos recordó que la esencia del cristianismo no es la adhesión a un corpus doctrinal o a un conjunto de normas éticas, sino ser discípulos Misioneros de Jesucristo servidores de la belleza dramática de la persona humana.
Despedimos al Papa argentino, al papa del fin del mundo, al papa de Lampedusa, al papa de las periferias, al papa hospital de campaña, al papa de la alegría del evangelio, al papa caminante herido, al papa del drama de los migrantes, al papa del cuidado de la casa común, al papa de la fraternidad universal, al papa que cuestiono con dureza al clericalismo, al papa que fomento la participación laical y de las mujeres en las estructuras de la curia romana y de la Iglesia, al papa de los pobres, de los excluidos, al papa del afuera y del adentro de la Iglesia, al papa que quiso andar en la vida con la espiritualidad del crucificado, como rezamos en el bello poema del viernes santo:
De sangre los pies cubiertos,
Llagadas de amor las manos,
Los ojos al mundo muertos
Y los dos brazos bien abiertos
Para todos mis hermanos
Que María, la madre al pie de la cruz, la madre abrazada gozosa a su Hijo resucitado acoja en sus brazo al Vicario de su hijo, al siervo de los siervos.
Descansa en paz querido Francisco.